sábado, 11 de julio de 2015
¡POR LA CUCA DE MARÍA ANTONIETA! (17)
¡POR
LA CUCA DE MARIA ANTONIETA! (17)
Ni
más ni menos, el viejo Filigracio, poeta reconocido en éste ámbito virtual
hablaba con el cucho de la esquina, los dos pasando por los 70, edad en que ya
no tienen nada que ocultar los hombres, mientras las mujeres a ésta edad pasan
por santas de la caridad, rosario en mano y velas encendidas.
-¡Pues
sí!, en esa época las mujeres no se
lavaban la cuca por cuestiones de ardor
-
¡Jejejeje! /Reía el viejito de la esquina, -es verdad, ¡ese exquisito olor se lo
están perdiendo todos los boludos de ésta época!, ¡no saben de cosa rica!, y se agarraba los 3 hilos del bigote que
todavía le quedaban, moviendo las piernas con frenesí, sacudiéndolas como
queriendo despertar al muerto que ahí se encorvaba, esperando ver si esas bolsas que tantos positivos dieron, por algún milagro, algo de clorox conservaban.
-Aquí
entre nos don Filigracio, ¿a usted todavía se le para?
-Eso
le pregunto a usted, respondió don Fili sin dar respuesta cierta.
¡Por
la cuca de María Antonieta!, ¿ya se le murió?
-¡Qué
no!, ¡qué no!, a veces se me para, sobre todo en las mañanas.
-¡Mmmm,
pues a mí también!
¡Viejo
sinvergüenza!, ¡no cambia vagabundo!
-Pero
déjeme terminar viejo mañoso, se me para y me derramo en la cama, y ahí es
cuando mi mujer me empuja fuerte y me dice: ¡¿No le dije que se pusiera el
pañal?!, ¡cochino!
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 11/15
viernes, 10 de julio de 2015
miércoles, 8 de julio de 2015
LA VID (18)
En parcela
LA VID (18)
Soñé que una inmensa vid arropaba mi hogar
A veces tan falto de amor, ausente lago.
Su profundidad no hace escuchar mis rocas,
Y un vacío queda tan pronto suenan pisadas
Sin una hasta luego siquiera.
Exprimí de la vid muchas uvas
Pero no dieron jugo ni semilla,
Insolencia y arrogancia no más,
Rogando al cielo una tinaja
Para llenar con mis quejas.
Ahora, mi vid fue arrancada de raíz
Un día en oración con mi madre, / hubo una promesa:
Si no produce ésta vid en 1 año más, ¡arráncala!
No esperarás un buen vino jamás.
Y pasó el tiempo, me añejé como el ausente vino
Se envejeció mi estatua de mármol
26 largos años,
Y ahora soy de sal, ansiando un beso
De ardiente sol sobre mi espejo.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 8/15
martes, 7 de julio de 2015
Mi película DIENTE (19)
DIENTE (19)
Era un perro muy bravucón
De dientes largos y fuertes,
Que alejaba ladrones y perversos
De la cuadra de Doña Pacha
Y el viejo Pantaleón.
¡Ven acá perrito!, ¿por qué estás triste hoy?
El bravucón respondía con su cola al viento:
¡Guauuuu!, es que mi amo me dejó en la calle
Y en mi barriga habita un dragón.
¡Vamos mi niño!, ¿quieres ir a casa?
Diente seguía a doña Pacha,
Apacible como un ovejo,
Dulce como el sonar de una gaita.
No cambió jamás de calle,
De arriba hacia abajo,
Siendo el mejor vigilante sin paga,
Diente se dio a querer de todos;
Pero el dueño, ¡le pagó con espadas!
Cada noche al pasar,
Sin importar que hubiese lluvia
Bajo una palmera lo vi temblar;
/Es que ahí era la casa del amo
Que después de viejo le cerró la puerta
Asqueado de su olor a perro,
Sin mirar a sus ojos
que parecían de oro,
Con pequeños hilos negros.
Compró un carro, /¡qué feliz estoy!
Abrió la puerta al fin
¡Nadie lo cuidará mejor que yo!
Más luego, cuando no era necesario,
Sin agua ni alimento,
Una llaga tras otra, fueron su escapulario.
¡Pobre perrito!, ¿sabes que te quiero?
¡Yo también te amo!, respondía con su rabo
Y esa mirada de niño triste,
Reposando en mi puerta.
Un día cualquiera, de viaje se fueron;
Quedó el perrito bajo el carro de sombra
Sin agua ni alimento.
Se lo llevó el viento, pero me miré en sus ojos;
Se quedó en los míos en ésta imagen de perro fiel,
Que a pesar de la ingratitud y crueldad,
En la puerta de su dueño,
¡Por siempre durmió!...
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 7/15
DOÑA FILIGRANA (20)
DOÑA FILIGRANA (20)
Ésta vieja es muy sensible,
Por eso se aparta del mundo.
Son pequeñas cosas,
Pero entre copa y copa,
Siempre te recuerdo, mi cariño.
Corría y corría detrás de cosas vanas,
Y en éste correr conocí a Filigrana.
Nos unió el cariño, ¡no es mentira!
Hasta puedo decir que es mi hermana.
Pero olvidó del potrero la grama
Y del ayer las sonrisas con ganas.
Cierto día quise ver en papel mi poesía:
¿Será que ésta niña bonita me las imprimiría?
De chécheres muchos, también yo los tenía,
A veces invertimos en cosas que encarecen la vida
Y al fin y al cabo, una fotocopia un céntimo valdría.
¡Compré una que saca miles de copias a centavo!
¡Qué bueno!, /ahora sí podré ver mis poemas,
Será como pequeñas flores bordadas en filigrana
Y en esto me atreví a preguntar:
¿Será que si le pago, puedo mis poemas copiar?
Una espada salió de su boca:
¡¿Eche y por qué?!
¡Cómprese una!
¡Ésta es para mis hijos que son de mejor cuna!
¿Qué diré?, ¡que ésta espina me saqué!
Pero todavía me duele tanta ingratitud,
Escribo de gratis a un mundo cruel
Que recibe flores y devuelve espadas
Sin volver atrás la mirada.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 7/15
lunes, 6 de julio de 2015
EL PERRO DIENTE (21)
EL PERRO DIENTE (21)
Hola amigos, no contaré mi historia, sino la de un amigo que
me acompaña en este cielo de perritos. ¿Sabían que también para nosotros hay un
cielo?, en verdad que es muy hermoso, tenemos libertad para ir y venir sin peligro a nada, cuidamos ovejas y
pastoreamos cabritas.
Ellas aprendieron a obedecer desde antes que el hombre nos adoptó y nos llevó a sus rebaños, aquí entre nos, les contaré que fuimos nosotros quienes poco a poco nos acercamos, siempre los aceptamos, pero ellos a veces se portan mal con nosotros.
Ellas aprendieron a obedecer desde antes que el hombre nos adoptó y nos llevó a sus rebaños, aquí entre nos, les contaré que fuimos nosotros quienes poco a poco nos acercamos, siempre los aceptamos, pero ellos a veces se portan mal con nosotros.
Mi amigo que acaba de llegar se llama Diente, me contó que
así le llamaban unos humanos en una cuadra en Barrio Paraíso en una ciudad muy
lejana, y que todavía los extraña, pero mucho más a su amo, quien al fin,
después de mucho ir y venir, entrar y salir y dejarlo en la calle, lo recibió
de nuevo. Imaginaba que lo amaba demasiado, pero tenía un motivo: Había
comprado un vehículo y necesitaba un vigilante que no cobrara prestaciones, ¿
y quién mejor que “Diente”?, era fuerte, muy valiente y ningún personaje extraño
y con malas intenciones dañaría a sus amigos de ese rincón del paraíso, en
donde permaneció por muchos años recibiendo malos tratos de unos y buenos de
otros, al fin y al cabo, a él nunca le preocupó los que no lo amaran, sino amar
sin medida, pues ese había sido su
motivo desde que vio a su dueño y admitió que podía amar a todo aquel que se
acercara con buenas intenciones, porque tenía el privilegio de saber qué casa
protegería cada día, pero ahora tenía más trabajo y menos sueño, pues su dueño
le había dado la oportunidad de un rincón en medio de su olvido.
En casa de mi ama estuvo por muchos años, entre ella y sus vecinos
cuidaban de Diente. Un día agua aquí, al otro día una mirada que conmovía, para que alguien dejara un plato con sobras de huesos y lo que fuera
que llenara su gran panza de perro grande y fuerte.
Me cuenta mi amigo, que muchos lo maltrataban porque ladraba
a gente extraña y con cara de malos, recibió golpes, estuvo a punto de morir
muchas veces, y su dueño lo espantaba en
esa época de su puerta, ya no necesitaba de él, pero siempre regresaba a
escondidas y se apostaba en el lugar que imaginaba suyo, donde el sol pegaba fuerte y la lluvia
hería su carne maltratada.
¡Hoy fue un día extraño después de todo!, no sentía dolor,
pero sí mucha sed, la vi pasar y emití un gruñido, estaba dentro de la reja de
mi dueño, pero no habían dejado agua, siempre olvidaban ese detalle, no podía
ensuciar su casa ni su patio y debía guardar mi orín para cuando llegaran y
correr a dejar en cualquier rincón
mi suciedad, con temor a que me
espantaran con agua caliente o una que otra pedrada, ya no aguantaba el dolor, ¡estaba viejo y cansado!
Pero hoy, ella me miró a los ojos, por algo cuidé por años
su portal, sintió pena por mí y me acarició, ¡pobre perrito!, ¿de nuevo te
dejaron encerrado sin poder salir y sin agua ni alimento?, pediré a Dios por
ti, no pudo abrir la reja y se fue, me di cuenta que llevaba lágrimas en sus
ojos, los míos ya no tenían lágrimas, mi corazón estaba a punto de estallar,
hacía un calor terrible, todo lo veía de color rojo, mi boca se había secado,
pero luego, hubo un instante en que mi jadeo no se escuchó y sentí que volaba
muy lejos, daba vueltas y vueltas entre la brisa, todo estaba frío, pero no
sentía nada, el dolor se había alejado de mi carne, no volví a ver a ese ser a
quien tanto amé, pero que mucho me lastimó, no importa cuántas heridas haya
recibido de su parte, es a mi dueño a quien siempre recuerdo, y ese olor a
gente de la cuadra de paraíso, a esas personas que cuidaron de mí, les diré que
a veces me escapo del cielo y me quedo en sus portales muy tranquilo, los veo
ir y venir, pero ellos no me pueden ver,
soy un ángel, siempre lo fui, pero nunca se enteraron.
¡Ya amigo!, ahora estás aquí, ¿ves que todo es
hermoso?, un día de estos te cuento mi
historia, tenía una dueña y tal vez la conozcas, porque hay cosas que suceden
para que aprendamos, el hombre tiene maldad y nosotros somos enviados a dar una lección de
perdón y amor, ¿vamos a correr y a juntar ovejas?, ¡ya no más tristezas!, eso
fue un ayer, hoy es nuestro y es maravilloso, éste día es una eternidad.
¡¡Guau, guau!!...
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 6/15
viernes, 3 de julio de 2015
Mi película DIEGO EL MOLESTÓN (23) (22)
DIEGO EL MOLESTÓN (23)
Había una vez una niña que mucho lloraba
Pues tenía un tío que
la molestaba
Para que ella soplara los cachetes
Como ranita enojada.
Tenían dos amiguitas Salomé y Sofi,
Quienes siempre estaban muy bonitas
Parecían dos flores pequeñas,
¡No flores no!, mejor dos ardillitas juguetonas
¡Síiiiiiii!, -decía Sofía -
Mientras Salomé tan solo reía
Y lloraba la bebé Lilí.
Es que tu tío cree que eres un payasito
¡Jajajaja!, reían en coro las niñas bonitas.
Y se abrazaban y daban cariños de hermanas
Que sonaban como gotitas de lluvia sobre la grama.
Tengo muchos primitos,
Todos de cachetes gordos como los cerditos,
¿Eres tú carita de suricato?,
-¡Le contaré a mi abue!, y abue le dice pasito:
Dile que él tiene cara de gato gruñón
Y tiene en los dedos mucho sabañón…
¡¡Abue!!, ¡le dije, y me sigue muequeando!!
¡No me digas así!
¡Tampoco me molestes a mí!
¿No me dirás de nuevo cara de suricato?
-Bueno no, ¡pero tampoco me dirás, cara de gata!
¡Me voy a poné a lloráaaaaaaa!
¡Buaaaaaaaaaaa!/dice la niña llorona.
Mi tía Luisa tiene bonita sonrisa
Parece mariposa
galante
Bailando en la brisa.
¿Por qué lloras mi amor?
¡Es que el bebé de Sandra mi pan se robó!
¿Vamos a jugar muñecas y dejas de llorar?
¡Sí hermanita!,
¡Con las de trapo que nos dio mamá!
¿Ves que la mía es más bonita?
Viste de amarillo como las mariposas
Y se adorna de sombrero con flores,
Pequeñas y graciosas…
Pero el mío es un varón,
¡Y también tiene un bonito pantalón!
¡Buaaaaaaa!
¡Groseras!
Yo no tengo muñecas,
Pero tengo un tío que se llama Diego
Me pinta muñecos de muchos colores
Y con él soy feliz cuando juego.
Con él veo patitos que parecen de lana
Y caminan gracioso,
¡Se hacen chistes y ensucian la cama!
¡Cuac, cuac!, ¿si viste qué bonito hacen?
¡Pero caminan como capataces!
¡jajajajaja! ¡Qué bonitos son!
¿Caminamos como ellos
Y repetimos su canción?
¡Cuac, cuac, cuac!...
¡Viene el tío German y los va a espantar!
¡Aquí mando yo!
Los patos al lago fueron a parar,
Y todos los niños felices están
¡Hora del almuerzo!
¡Vamos!, ¡vamos!
¡Cuac, cuac, cuac!
¿Me harás otra vez llorar?
¡Eso lo olvidamos!
Con ésta hambre,
¿Para qué lloramos?
/Respondió Diego
el molestón
En tanto caminaba como pato cagón.
Raquel Rueda
Bohórquez
Barranquilla, julio 3/15
INCOHERENCIAS DE DOÑA PACHA (23)
Dormí un instante, ¿o estaba muerta?, /de cansancio, ¡sí
señores! Me quejo un poquito ¡¡ayayay,
hasta el hígado está revuelto!, ese puto tamoxifeno me volvió los huesos de
harina y ahora cuando preparo la comida y tengo que picar cosas, se duermen los
dedos, hasta los de los pies y no tengo ganas entonces de preparar nada, aunque
para la cocina sea una experta, en mi corta muerte estaba de nuevo en esa vieja
casona, no sé de qué siglo es, pero es toda en roca, fundada sobre una planicie
y había muchas aves y árboles, recuerdo su traje de hoy, un azul pálido, estaba
descalza y tenía esa misma sonrisa, que a través del tiempo, trasladó a mis
genes y a los de todos los de sus hijos.
¿Seré mi propia madre?, ¡no soy tan buena para serlo!, pero
me gustaría, porque confío plenamente en mí, jamás dañaría a otro, ni me
burlaría de quien no conozco, además me gusta lo mismo que a ella, las aves,
las cascadas, el silencio y la paz; también oler las flores y ver al cielo cada
día y cada noche.
¡Doña Pachita!, ¿tiene huevos?, y ésta pregunta me hizo
llevar mis manos... /a la nevera de mi era cuaternaria, dividida en dos, y
sostenida por dos rocas: ¡Huevos tiene su abuela!, ¡vaya y cómprele a ella!, y
entonces salió mi madre y dijo: Hija mía, tengo huevos de brontosaurio, dale
uno para que alimente a esa jauría de chuecos hambrientos que tiene la comae, y
así fue, cargamos el huevo en un carro solar y nos cagamos de la risa con mi
comae...
¡Es que doña Pachita tiene vaina!, ¿ahhhh?, ¿ahora también
eso?, ¡vaina y más!, ¡quien se meta conmigo se jode porque para devolver
azotes, tengo a su apá!
Entonces me dice mi comae Dora: En la casa de la esquina
espantan, / ¿en la de la mona?, / ¡sí en esa!, / ¡comae sí que es chismosa!,
donde espantan es en la mía, ¿ahora también se quieren robar mis propios
espantos?
Y continuó la visita, me gusta que ella venga a mi casa,
últimamente me he vuelto mala persona, pero cuando me gane una gran lotería que
pienso ganarme un día de estos, imagino que vendrán hasta de Perendengue y
reirán por todas mis huevonadas, ya no dirán entre dientes: ¡La vieja Pacha sí
habla cagá!, ¿tenemos que aguantarla?, y así no más una buena patada en el
trasero me empujará hacia adelante como dijo un gran pensador el viejo de las
uñas llenas de hongos y las patas de atleta: “hay que patear el culo al burro
pa que coja juicio”, y “la burra aunque cojee es buena pa la carga”, jajajaja!
con éstos pensamientos me ganaré el venado de oro, y salió como una vaca de
mi portal, lanzando la puerta sin mirar
atrás.
En esto y aquello, pasó el día. Hoy fabriqué varias materas con tarros
plásticos porque no inundaré de basura el planeta, es una bonita idea y ya
tengo varias plantas ahí, se está poniendo bonito mi patio. Mientras esté
despierta, seguiré soñando, porque cuando esté dormida, mis sueños serán polvo
de estrellas que no servirán a nadie de nada.
/ ¡Hasta luego comae!...
/Chao comadrita, ¡pórtese como una perra pa que la
consientan!
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 6/15
miércoles, 1 de julio de 2015
LA VIEJA PACHA (24)
LA VIEJA PACHA (24)
Era una vieja muy mañosa y creída de la vida; unas veces estaba feliz y otras muy aturdida.
Lo cierto es que a la cucha le gustaba hablar mucho; no deseaba que sus historias se quedaran perdidas por ahí sin que nadie conociera un poco de ella, y en éste y otro cuento, intentando una y otra vez, se emputaba con el pc hasta que lograba lo que deseaba.
¡Vamos a ver qué sale ahora!, /decía la vieja mientras sacaba su chapa que ya tenía varios dientes partidos, /¡pero lo que soy yo, no me dejo echar tierra de ningún mierda aparecido!, ¡jajajaja!, me dio mucha risa ver a ésta vieja intentando otro blog, no le bastaba con toda la cháchara que en el otro ya tenía.
¡Misía Pacha, venga a jartar café!, /la vieja miraba de reojo, y entre dientes decía: ¡Café, café!, ¿es que ésta puta gente no sabe preparar chocolate?, y empezaba a lloriquear como una bebé, ¡quiero mi cacao!, ¡no quiero más café, eso se meten esas pepas negras entre los dientes y me hacen mucho toser!, y escuchaba a las nietas: ¡Hijueputa vieja si jodeeeee!,/ya vooooyyyy! /gritaban al fin y ella se hizo la sorda, no escuchó el insulto, /mmmm, ¡huevonas!, ¡bastante que me jodí limpiándoles el culo para que ahora no me atiendan con gusto!, ¡jajajaja!, ahí vienen, debo disimular y no ver sus caras porque me contagian de rabia furiosa, ¡uich!, ¡qué feas se ven!, parecen sapos soplados.
Una vez se tomó el chocolate y con bigote nuevo de espuma, se acercó al computador con una sonrisa que no le cabía en el rostro: /ahora voy a decir a ese huevón que se hace gringo, que tengo 25 años y que mi esposo me dejó una gran herencia.
Raquel Rueda B
01-07-15
Suscribirse a:
Entradas (Atom)